La Comisión Nacional de los Derechos
Humanos se puso a investigar todo un año, preguntó a 300 víctimas de la
violencia, visitó 64 municipios y 37 comunidades de Guerrero, pidió datos y
opiniones a todas las secretarías federales y vino con un ejército de
visitadores, psicólogos y médicos peritos que fueron de aquí y allá para poner
el dedo en la llaga.
Nos enjaretó que el Estado no
cumple con la obligación de garantizar la seguridad a los guerrerenses, y en
consecuencia personas civiles de autodefensa y policías comunitarias toman las armas
para defender la vida y los bienes de los demás. Y la respuesta no se hizo
esperar.
El presidente de mi partido,
Cuauhtémoc Salgado Romero, dijo que era un informe viciado y ligero. El
presidente de la capital, Mario Moreno Arcos que “es falso” que haya
autodefensas en Chilpancingo, Atoyac, Azoyú y Coyuca de Benítez y nuestro
gobernador simplemente dijo que todavía no leía las 116 páginas del informe
especial.
De poco serio y falaz no bajaron
a la investigación realizada por la CNDH. Lo que nadie dijo era que la
inseguridad es una realidad que crece día con día. Que la población
guerrerense, además de enfrentar condiciones socioeconómicas adversas, tiene
que lidiar con la delincuencia. Que las víctimas son presionadas por la propia autoridad
para que no denuncien. Y que la negligencia de las autoridades para investigar
los delitos es normal.
Tampoco hablaron nada de que el
gobernador apoya con recursos públicos el fortalecimiento de la policía
comunitaria. Que la ola de violencia y negligencia no es privativa de zonas
alejadas o en agravio de las comunidades preponderantemente indígenas. Que sucede
también en áreas urbanas. Que la impunidad es un incentivo para el desarrollo
de la delincuencia en las comunidades. Y que sería inaceptable que las
comunidades asuman cargas públicas que no les corresponden.
Tirar a la basura o castigar con
los ojos del desprecio el Informe Especial del CNDH sería pendejo. Lo
inteligente sería conocerlo, entenderlo y aceptar lo que tengamos que aceptar.
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