Que descanse en paz Don Juan
Alarcón Hernández. Hombre limpio, intachable y firme en sus convicciones. Fue
el primer ombudsman en el país. Fiel en la defensa de los derechos de los
indígenas, estudiantes, mujeres, trabajadores, campesinos, discapacitados,
LGBT.
¡Qué curioso! Se despidió después
de conmemorar el Día Internacional los Derechos Humanos. Tal vez, quería revisar
la vasta obra realizada luego de años y años de batallar por el respeto a la dignidad
humana. Ganó miles de contiendas, incluso cuando se enfrentó al gobernador
Zeferino Torreblanca que lo quería jubilar a chaleco; la única que perdió fue
la guerra que le significó el cáncer de páncreas.
No cabría aquí reseñar todo lo
que hizo. Abogado, poeta, líder estudiantil, magistrado, orador. Ahora le toca
a otro llenar sus zapatos y levantar la bandera de los derechos del hombre y la
mujer, y vaya que no la tendrá fácil, en este nuestro pobre y sufrido estado de
Guerrero.
Mis respetos a su familia,
colaboradores y amigos.
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