En medio de la más devastadora
pobreza se yerguen las mayores minas a cielo abierto de oro y plata de México
llamadas Los Filos y el Bermejal de la empresa canadiense Goldcorp en el pueblo
de Mezcala. Nomás chequen el dato: Sólo en el año 2011, la que está llamada a
ser la más importante veta de oro en América Latina tuvo ingresos por 522
millones de dólares.
¡Qué paradoja! Mientras la
trasnacional extrae del suelo oro y plata que en el mercado tiene un valor de más
de mil 300 dólares la onza, los campesinos que viven en los alrededores sacan maíz
de la tierra y lo venden por menos de lo que les costó sembrarlo, tanto que
prefieren mejor guardarlo para hacer tortillas y comer.
¡Otra paradoja! Mientras que el
estado de Guerrero se convirtió en el primer productor de oro en el país, el
INEGI situó a nuestro estado como la segunda entidad con el mayor porcentaje de
personas en pobreza extrema en el país, por arriba de Chiapas y debajo de
Oaxaca.
¡Vaya paradoja! Mientras los
inversionistas de Goldcorp tuvieron ganancias por más de 400 millones de dólares…en
un año, una familia de campesinos de las comunidades colindantes con las minas,
Mezcala, Carrizalillo y Mazapa, siguen siendo pobres…muy pobres, y sobreviven
con 50 pesos al día, equivalentes a menos de 4 dólares.
Si nos damos una vuelta por allá,
sólo seremos testigos de la remoción de cerros, el relleno de barrancas, tiraderos
de desechos, tierras estériles y aguas contaminadas de cianuro, pero sobre
todo, de una pobreza abrumadora que lastima las buenas conciencias.
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