Intervención del Diputado Héctor Apreza Patrón sobre la situación de los Derechos Humanos en el Estado de
Guerrero
Chilpancingo, Gro. 17
de diciembre del 2013
Compañeras Diputadas,
compañeros Diputados
Hay 3 fechas que no podemos
ignorar. Hacerlo… sería lamentable y hablaría mal de nosotros. Las tres fechas
son consecutivas. El 10, el 11 y el 12 de diciembre. Todas… tienen un
significado muy especial. Más para unos… menos para otros. Y están unidas por
un tema común: Los derechos humanos.
10 de diciembre. La Asamblea General de las Naciones Unidas
proclamó que sería considerado el Día Mundial para recordarnos algo natural al
ser humano, que toda persona posee, por sí misma, una grandeza tal, que su
dignidad constituye un valor trascendente del que brotan derechos innatos,
universales e inalienables: Los Derechos Humanos.
¿Cuáles son estos derechos? El derecho
a la vida, a la propia identidad.
El derecho a la integridad
física, psíquica, moral y patrimonial de los seres humanos; el derecho a la
salud, a la seguridad, a un trato justo, a que tengamos las personas lo
necesario para conservar y desarrollar la propia existencia y alcanzar nuestra
plena realización.
También está el derecho a la
libertad de conciencia, de pensamiento, de religión, de residencia, de tránsito
y de acción.
Ahora preguntémonos. ¿Cuántos de
estos derechos, que en el discurso bonito decimos que vamos a respetar y hacer
respetar, son quebrantados… todos los días, en todos los lados, y por todos
nosotros?
¿Tenemos algo que celebrar, cuando
se pisotean todos los días los derechos humanos? ¿Qué hicimos como autoridad en
Guerrero para celebrar el 20 aniversario de este mandato de las Naciones
Unidas? ¿Qué acciones de promoción y de protección de los derechos humanos
tuvimos ese día?... Ninguna.
11 de diciembre. Fallece Don Juan Alarcón Hernández. Primer ombudsman
de los derechos humanos en México, incluso antes de que iniciara sus funciones
la CNDH. Fundador de la CODEHUM y su presidente durante 23 años.
Si algo distinguió a Don Juan fue
su alto sentido humano y la defensa tenaz y permanente, aún a costa de su
integridad personal, de los indígenas, de las mujeres, los trabajadores, los campesinos,
los discapacitados, a la comunidad lésbico gay.
A todos les tendió su mano
protectora. Nada tachó su trayectoria. La rectitud, la honorabilidad y la
convicción fueron siempre su carta de presentación. Y se entiende porque tuvo
tantos reconocimientos y condecoraciones en vida. Porque dedicó su vida a la
promoción de la dignidad humana en un estado al que, desgraciadamente le falta
mucho para alcanzar el pleno respeto a los derechos humanos.
Por esa razón sería muy
lamentable, que en el proceso de determinar quién llenará el vacío que deja Juan
Alarcón, haya factores políticos y partidistas que vulneren el eje rector que
guía una institución apartidista y apolítica.
Hagamos el mejor homenaje a Don
Juan garantizando en este congreso lo que el Abogado dijo apenas unos días
antes de morir: Que un ombudsman que no es autónomo…no es ombudsman.
Elijamos al mejor. Que la persona
elegida sea políticamente neutral. Que su actuación sea independiente de toda
presión parlamentaria o gubernamental.
Que sea capaz de concretar
primeramente, el pleno respeto a los derechos humanos, que son los inherentes a
nuestra propia naturaleza. El derecho a la vida, la integridad física, a la
seguridad, etc.
Y haga suyos la defensa de los
derechos a la paz, al desarrollo, a un medio ambiente sano y ecológicamente
equilibrado y el derecho a ser y a pensar diferente.
12 de diciembre. Es quizás, la antítesis de los días que acabo de
mencionar. Lo opuesto a los derechos
humanos. El día que nos hizo recordar, que falta mucho por alcanzar el goce
efectivo de los derechos más elementales del ser humano, que es su dignidad.
Las tres muertes, la de los
estudiantes Alexis Herrera Pino y de Gabriel Echeverría de Jesús, así como la
muerte heroica del trabajador de la gasolinera, Gonzalo Miguel Rivas Cámara,
ocurrieron en un contexto en la que fueron vulnerados 4 derechos: el derecho a
la vida, el derecho a la justicia, que no llega, el derecho a la reparación del
daño.
Y el derecho a que no vuelva a
suceder.
El 12 de diciembre es sin duda
una fecha trágica e imborrable, que algunos quisieran olvidar y que otros se
encargaran de que no se olvide lo que pasó.
Todavía falta mucho por alcanzar en
el disfrute de la dignidad humana.
Los tres niveles de gobierno,
todavía no nos han hecho saber, que están haciendo para que no se repita lo del
12 de diciembre de 2011, que medidas, que programas, que ajustes
institucionales se están haciendo para que no suceda algo similar y que de esa
manera la impunidad no prevalezca.
Diputadas y diputados
Los hechos ya referidos, los
crímenes contra líderes sociales, las detenciones de integrantes de las
policías comunitarias y los llamados a la rebelión y al enfrentamiento, generan
mucha tensión y nos preocupan.
Son hechos que se alejan del
compromiso --que se hizo-- de llegar a la reconciliación, a través de
investigar los crímenes de lesa humanidad del pasado. Si no se ha tenido
capacidad de llegar a la verdad de las muertes de los líderes sociales de los
últimos años, ¿cómo podremos llegar a la verdad del pasado? Simplemente me
quedo sin respuesta.
En Guerrero, persiste una
violencia estructural, una violencia histórica, una violencia que pareciera de
Estado, que solamente podremos terminar, si nos decidimos, a que cada uno de
nosotros, hagamos lo que nos corresponde:
Que el Ejecutivo del Estado
construya el Plan Estatal de Derechos Humanos y que lo eche a andar. Ya lo comprometió
con el representante en México de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos, Javier Esteban Hernández, y esperamos que así sea.
Que en esta LX Legislatura nos
comprometamos a que las violaciones a los derechos humanos sean correctamente
tipificadas en el Código Penal del Estado.
Que la desaparición forzada, la
tortura y los ataques a los periodistas y medios de comunicación, queden
debidamente establecidos en el código
penal.
Finalmente, que iniciemos un proceso
de reconciliación social profundo que tenga tres elementos:
1. Lograr
pleno reconocimiento de los agravios causados desde el poder.
2. Establecer
el compromiso real de que nunca vuelvan a suceder estos aberrantes crímenes con
acciones legislativas, políticas y administrativas.
3. Establecer
nuevas relaciones de convivencia social que bajen el alto nivel de
conflictividad en el estado.
Y quiero terminar con un verso de
Jaime Sabines…que dice:
El crimen está allí, cubierto de
hojas de periódicos, con televisores, con radios, (con banderas de izquierda).
Habría que lavar no sólo el piso;
la memoria.
Habría que quitarles los ojos a
los que vimos, asesinar también a los deudos, que nadie llore, que no haya más
testigos.
Pero la sangre echa raíces y
crece como un árbol en el tiempo.
La sangre en el cemento, en las
paredes, en una enredadera: nos salpica, nos moja de vergüenza, de vergüenza,
de vergüenza.
Las bocas de los muertos nos
escupen una perpetua sangre quieta.