Guerrero será el último estado que no reformado su ley de educación con la reforma educativa federal. De hecho, tiene hasta el miércoles 12 de marzo próximo para hacerlo. De lo contrario, será acreedor a una controversia constitucional si no se pone a tono con la reforma educativa.
Homologar o no homologar, esa es la cuestión que está ponderando el gobierno del estado. Unos dicen, tal vez con justa razón, que si el gobernador envía al Congreso del Estado la iniciativa que reforme la Ley de Educación del Estado sería como ponerle un cascabel a un gato, e incendiar al estado con nuevas marchas y manifestaciones.
Otros, en el que me incluyo, piensan que los estados no tienen un margen de autonomía como para ignorar una resolución soberana del Congreso de la Unión.
Los congresos de Michoacán y Chiapas ya reformaron sus respectivas leyes de educación. ¡Y qué bueno! Oaxaca de plano dijo que no, y suena lógico porque junto con Guerrero son los dos estados con mayor rezago educativo del país.
No hay de otra, hay que acatar lo que dicen los transitorios de las leyes de educación federales, que dicen que los estados deberán armonizar su legislación y demás disposiciones aplicables, dentro de los seis meses siguientes a su entrada en vigor. Y ésta se cumple el próximo miércoles.
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