Sunday, October 27, 2013

ROBADERA



A unos días de que la Costa Chica se cimbrara por un terremoto de 7.4 grados en la escala de Richter el 20 de marzo del 2012, el entonces presidente Felipe Calderón acudió a la región y se comprometió a la construcción de casas nuevas para las familias que las perdieron totalmente y reparar las que salieron afectadas. Y les dio un plazo: cuatro meses. Y por increíble que parezca, a casi 20 meses de aquella tragedia, todavía mil familias de los municipios de Tlacoachistlahuaca, Ometepec y Azoyú las siguen esperando.

Y quienes ya viven en las dichosas casas nuevas se quejan de que son unas auténticas coladeras, que parecen de cartón, que no tienen castillos, que se las dieron sin muebles de baño, ni puertas y ventanas. Como dicen en mi pueblo, fue una tremenda una robadera de las 21 constructoras que ganaron o “compraron” las licitaciones para mal construirlas o que simplemente se clavaron el dinero sin levantar ningún muro, y que enfrentan ahora la orden del presidente Enrique Peña Nieto de ser investigados y enjuiciados.

Aquí se entre mezclan la corrupción y la impunidad entre empresas constructoras y funcionarios que se hicieron de la vista gorda y que ahora sufren sus propios temblores por el miedo de verse tras las rejas. Ahora, es común ver a los ingenieros de las constructoras, que sudorosos, tratan de terminar las casas antes de que sean sometidos por las leyes y a funcionarios que ofrecen a los damnificados espejitos de colores a cambio de su silencio.

¿Porque pasó tanto tiempo para que se descubriera todo? Estoy convencido de que hay una explicación histórica. En México se ha perpetuado una psicología servil que no ha logrado suprimir la miseria ni las exasperantes diferencias sociales. Las revoluciones y las luchas armadas de los siglos IXX y XX no han terminado con los abusos de autoridad de los poderosos, y lo que si se ha instalado en la conciencia del pueblo es el escepticismo y la resignación. 

La gente está resignada a ser pobre sin derechos para reclamar. Sólo así se explica que acepten una vivienda con ventanas chuecas, con puertas que no cierran, con baños sin tazas ni lavado, con techos que son una coladera en tiempos de lluvias. Aceptan con resignación y e incluso, hasta con agradecimiento.

 

A raíz de los temblores del 2012, en la Costa Chica no se construyeron mil viviendas y más de dos mil están mal hechas, revelando una robadera que alcanza más de 50 millones de pesos. Y me pregunto: ¿Veremos a malos funcionarios y constructores en la cárcel? ¿Aprenderemos a no volver a repetir esto?...la verdad quien sabe.

 

Sunday, October 13, 2013

PRESUPUESTO

Tengo la impresión de que la iniciativa de reforma fiscal del presidente Enrique Peña Nieto será insuficiente para atender los compromisos que asumió en su campaña electoral, pero también estoy seguro que tiene un as bajo la manga: las reformas estructurales que ya se cocinan a fuego lento en las cámaras y en los espacios de interlocución con los partidos políticos. Pero vayamos por partes.
La reforma hacendaria que ya está en comisiones en el Congreso federal, le carga la mano a los sectores productivos, a los que generan empleo e inversión pues, y se hace el occiso en ampliar la grandísima base tributaria escondida en economía informal. ¿Sabías que 6 de cada 10 no pagan impuestos? Fayuqueros, ambulantes, taqueros y otros más se libran del pago a Hacienda. Por lo que se espera recaudar únicamente el 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto, al gravar a los mismos de siempre.

Hay que reconocer que el paquete económico tiene cosas buenas, como la eliminación del IETU y el IDE, pero lo que destaca por encima de todo, son modificaciones para cobrarle más impuestos a los mismos contribuyentes cautivos de siempre, provocando que el sistema fiscal sea menos competitivo. Siendo francos, la iniciativa fiscal es francamente insuficiente para que atienda los programas sociales y que busca compensarse con una línea de endeudamiento.

No hay otra: Si México quiere salir adelante, darle empleo a los mexicanos, sacar a millones de la pobreza y mejorar la competitividad, hay que concretar la serie de reformas estructurales, que siguen en suspenso por el ingrediente político y lograrlo permitirá que las perspectivas de crecimiento del país serán más optimistas.

Sunday, October 06, 2013

POZO

 


Como siempre, después de ahogado el niño, a tapar el pozo. Y tanto es así, que somos expertos en rellenar hoyos y esconder el polvo debajo de la alfombra. Sabemos reunir víveres, organizar colectas, reconstruir caminos y puentes, ordenar investigaciones, y que bueno. Pero somos tan malos en evitar, mitigar, corregir y compensar los impactos de las tragedias humanas y naturales.

Decía un hispanista con justa razón que "quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores", y la devastación que se nos vino encima con la tormenta Manuel es el mejor ejemplo de lo que hablo. No podemos esperar siempre que se presenten las tragedias para que gobierno y sociedad actúen. Porque las tormentas, temblores, conflictos y muertes pasan todos los días.

Las tragedias anunciadas, por medio de avisos y alertas, pueden ser reducidas en la medida que la acción pública y social sea más enfocada a la prevención y no en la aceptación y defensa de los intereses económicos y particulares. Mi propio hermano con su familia se convirtió en un damnificado por tercera ocasión por vivir en una vivienda construida en una zona inundable…que autorizó un hijo de su chingada madre y que otro más, no le avisó que venía el diluvio.

La muerte de decenas de vidas en la Pintada, Atoyac, se pudo evitar si la autoridad hubiese identificado el riesgo de la ladera inestable en la que habitaban y por tanto salvar vidas humanas…pero no fue así. Las casas que se inundaron en Tixtla, pudieron haberse protegido mejor si se hubiera materializado la histórica promesa de resolver el problema del drenaje, que todos los candidatos ofrecen… pero que nunca cumplen.

Ya el gobernador Ángel Aguirre Rivero se preguntó si los proyectos de los puentes y encauzamientos sobre los Ríos Coyuca, Papagayo, Balsas y Huacapa, así como la Autopista del Sol estaban diseñados sólidamente para enfrentar crecidas y presiones hidráulicas mayores. Ahora falta que alguien le conteste al mandatario.     

Desde hace muchos años, se ha dicho que el cambio climático es una realidad, pero no está en la agenda de los funcionarios, quienes están más preocupados en justificar si alertaron o no a la población de los efectos de la tormenta Manuel, fenómeno que por cierto decidió estacionarse un par de días más en el territorio guerrerense y que explica el grado de la histórica catástrofe.

La tormenta golpeó a Guerrero, pero destruyó a los pobres. Ninguna entidad por encima de nuestro estado, dejó una economía, infraestructura e industria tan devastada como la nuestra. Los pobres son, como siempre, lo más afectados.

¿Qué sigue? ¿Reconstruir lo destruido? ¿Seguir con las justificaciones? En un momento, puede que no tenga palabras que escribir. Porque la devastación ha sido tan inmensa en Guerrero, que borró en tres días lo que nos llevó construir en tres décadas. Lo que sí puedo decir, es que el gobierno no puede sólo con el paquete. Es necesario un verdadero dialogo entre los actores de la gestión pública, social y privada para rectificar, corregir, mejorar, mitigar… porque lo que viene, será cada día más difícil y por siempre incierto. 

Wednesday, October 02, 2013

TLATELOLCO


 

A 45 años de la masacre de Tlatelolco y a 46 años de vivir en este mundo, me niego a terminar este día --2 de octubre-- sin escribir, o más bien, intentar describir, lo que 10 mil personas vivieron y sintieron aquella tarde en la Plaza de las Tres Culturas. Tal vez, a manera de homenaje, o más bien, como una manera de revivir esa sinfonía de muerte, llantos, gritos y horror, de un suceso histórico que nunca nos debemos permitir vuelva a suceder.

En el verano de 1968, los jóvenes de México se unen a un movimiento estudiantil que pide una revolución a gritos. Los chavos se vuelcan a las calles a protestar contra la represión, contagiados por la guerra fría, la liberación sexual y visiones alternativas de libertad y socialismo que cobraban vida en otros países. Y con las amenazas brutales del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, los líderes estudiantiles convocan a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas.

Serían las cinco y media de la tarde --más o menos-- del miércoles 2 de octubre de 1968, cuando aproximadamente diez mil personas se congregan en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas para escuchar a los líderes del Consejo Nacional de Huelga que se colocan en el balcón del tercer piso del edificio Chihuahua.

La explanada estaba llena, festiva y tranquila al mismo tiempo, con una mayoría de estudiantes, niños y ancianos, vendedores ambulantes, amas de casa con niños en brazos, vecinos de las unidades habitacionales, curiosos. Y justo cuando un estudiante anunciaba que la marcha programada al Casco de Santo Tomás del Instituto Politécnico Nacional no se iba a llevar a cabo, por el despliegue de las fuerzas públicas y de una posible represión, surgieron en el cielo luces de bengala que hicieron que los concurrentes dirigieran automáticamente su mirada hacia arriba… El infierno sobre la tierra estaba por comenzar.

De golpe, la gente se alarmó y comenzó a gritar al escuchar los primeros disparos que venían de arriba para abajo, de todas direcciones. De nada sirvió que un líder tomara el micrófono y dijera: "¡No corran compañeros, no corran, son salvas! . . . ¡No se vayan, no se vayan, calma!". Todos sin embargo, corrieron despavoridos, tratando de salvar su vida, de un lado a otro.

La histeria colectiva se intensificó con el golpe seco de cada cuerpo que caía sobre el piso, en las ruinas y a un lado de la iglesia de Santiago Tlatelolco. El tableteo de las ametralladoras y los disparos se hicieron interminables. El avance de los militares bloqueó las salidas. La gente trató de correr y al sentir que los soldados con la bayoneta calada les impedían escapar de esa pesadilla, no les quedó otra que protegerse debajo de los demás.

 Los hechos fueron brutales, inconcebibles y la historia, poco a poco, se ha encargado de develar que pasó, como pasó y quienes fueron los criminales. Sin embargo, nunca se sabrá el número exacto de muertos y heridos, y la justicia nunca llegará. La herida sigue abierta.