Quienes se han fijado el reto de
ser el próximo gobernador de Guerrero en el 2015...sólo le hacen al ensarapado.
¿Si no creen? Lean los giros verbales que cada aspirante declara para negar,
justificar y responder a una pretensión que es legítima, lógica y obvia. Pero resulta
más sorprendente, ver como pierden el tiempo trenzándose entre los pretensos al
máximo puesto público en Guerrero con patadas debajo de la mesa y declaraciones
estridentes que hablan mal de quienes las emiten.
A la gente no interesa saber si
Cuauhtémoc Salgado Romero le va a construir una tranca en Tierras Prietas a
Mario Moreno Arcos, para impedirle a que vaya como padrino a una corrida de
toros a Zumpango. La gente quiere conocer que piensan ambos de la inseguridad y
cuáles serían las acciones para acabarla.
La gente quiere saber que
necesita la Tierra Caliente para recuperar el crecimiento económico de la
región, bloqueada por los amos del crimen, y que gestiones hacer para que los
alcaldes tengan más recursos e instrumentos para enfrentar las demandas
públicas.
La gente quiere saber cómo va a
utilizar Mario Moreno Arcos los 500 millones que le autorizó el presidente Peña
Nieto para garantizar el abasto de agua potable en la capital, con una
estrategia que nos explique de donde va a traer más agua, como podemos
distribuirla mejor y evitar que se desperdicie al subsuelo el 40%.
No se necesitan placearse para
que los conozcan, ni poner en riesgo la unidad del partido. Porque la gente ya
sabe que existen. Quiere saber quiénes son, que piensan, que hacen y conversar
con ellos. La mejor precampaña es trabajar y escuchar. La gente no quiere
discursos bonitos, quiere interactuar con quienes tienen responsabilidades
públicas y construir juntos las soluciones.
¿Será esto posible?
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