Monday, October 20, 2014

PARADERO

Han pasado veinticuatro días y no hay rastro del paradero de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Lo que sí vemos, es la movilización de contingentes de soldados, marinos y policías federales abocados en la búsqueda de los jóvenes y cumplir así, con la instrucción del presidente Enrique Peña Nieto. Entonces, ¿cuál es la pieza que ha faltado para que este mecanismo de búsqueda y localización con vida rinda el fruto deseado por familiares, sociedad mexicana y comunidad internacional?

Primero, Guerrero esta lleno de montañas, veredas, y barrancas, es parecido a una hoja de papel que arrugamos con las manos y luego la extendemos. No alcanzarían los ejércitos para rastrear cada resquicio de la entidad para encontrar a las víctimas de desaparición forzada. Por ello, es fundamental que intervenga la propia población y sus representantes, llamase comisarios municipales, líderes sociales, policías comunitarios, entre otros. ¡Falta convocarlos!

Segundo, Guerrero tiene una extensa zona en la que Estado Mexicano está ausente. En Guerrero hay tierras sin ley y son refugio de delincuentes, que imponen su propia autoridad, que reclutan pobladores, tienen vigilancia propia y someten a autoridades. Ahí, donde la vida no vale nada, diría José Alfredo Jiménez, debe ser revisada con lupa, por aire, tierra y mecanismos electrónicos.

Tercero, la Procuraduría General de la República tiene que continuar con la recopilación de información de todos los detenidos. De igual manera, vienen implícitos los datos que arrojen los equipos de comunicación de los jóvenes y los detenidos, el modus operandi de los captores, los vehículos comprometidos y un largo etcétera.


Los padres de familia no pierden la esperanza y la sociedad tampoco.